La
mésentente. Politique et philosophie. Jacques Rancière, 1995.
Le
commencement de la politique
Rancière
analiza la visión aristotélica del carácter eminentemente político del animal
humano. El destino fundamentalmente político del hombre es atestiguado por un indicio: la posesión del logos, esto es, la palabra (parole) que manifiesta, en tanto la voz
simplemente indica (la voix indique
simplement). Lo que la palabra manifiesta, dice Rancière, es lo útil y lo
nocivo, por lo tanto, lo justo y lo injusto. De tal modo, el hombre se
distingue de los demás animales en tanto que difiere de la manera en que tiene parte en lo sensible (avoir part au sensible): el placer y el
sufrimiento, común a todos los animales dotados de voz; y la del bien y el mal,
propia únicamente de los hombres. Esto, para Rancière, denota no una exclusividad de la politicidad (exclusivité de la policité), sino una politicidad de un tipo superior (policité d´un type supérieur) que se
lleva a cabo en la familia y en la ciudad. En esta explicación, Rancière
encuentra que varios puntos quedan oscuros, tal como la problemática de la aisthesis en relación con la distinción
entre un logos que separa una articulación discursiva de una
queja a la articulación fónica de un gemido, de tal modo que se constituya la
diferencia entre un mero desagrado y un prejuicio
(nuisance), además de que se le
considere como comunicable, como definidora de una esfera de comunidad del bien y el mal (sphère de communauté du bien et du mal).