martes, 30 de diciembre de 2025

Martin Heidegger. Kant el problema de la metafísica.


Como última lectura de este 2025, terminé "Kant y el problema de la metafísica", de Martín Heidegger. Una obra compleja e intríncada que se poprone encontrar el núcleo de la fundamentación del proyecto de filosofía trascendental de Kant en la Crítica de la razón pura. Heidegger interpreta la Crítica de la razón pura de Kant como un proyecto de fundamentación de la metafísica y, en este sentido, de la fundamentación del conocimiento ontológico. Será en los juicios sintéticos a priori donde encontramos el qué-es del ente. Como sabemos, los principios a priori no encuentran su fundamento en la experiencia misma, sino que moviliza juicios según principios, facultad que Kant llama razón pura. La filosofía trascendental de Kant tiene por objeto, en este sentido, no tanto los objetos, sino nuestro modo de conocerlos: no investiga al ente mismo, sino la constitución ontológica del ser del ente, por lo que Heidegger no ve en la Crítica de la razón pura un sistema de filosofía trascendental sino más bien un tratado del método que traza la arquitectura de un sistema de metafísica, en el cual está cifrado el proyecto de la posibilidad interna de la ontología.

En la exploración de la esencia del conocimiento sintético a priori se encuentran como elementos fundamentales el espacio y tiempo como intuiciones puras, es decir, aquellas representaciones receptivas no del ente, es decir, no de algo que se entrega o se da “ante los ojos”, sino que se dirige al conocimiento del ser. La intución pura es el elemento esencial del conocimiento del ser, sobre la cual se basa la experiencia del ente. Es, piensa Heidegger, una intuición “creadora”. De estos dos elementos, el espacio y el tiempo, es este último el que corresponde a una intuición no en el ámbito externo (espacio) sino interno, manifestado como una sucesión de estados de conciencia. En este sentido, el tiempo aparece como la condición formal a priori de todos los fenómenos en general, teniendo una primacía sobre el espacio: es el tiempo el que vive de forma más originaria en el sujeto, con lo que este posee una función ontológica universal.

Para Heidegger, el conocimiento del ser se encuentra en la unidad de la intuición pura (tiempo) y el pensamiento puro (apercepción), esto es, en la imaginación trascendental. En el plano arquitectónica de la Crítica de la razón pura encontramos la fundamentación de la intuición pura en la estética trascendental, y del pensamiento puro en la lógica trascendental. Será la tarea de la deducción trascendental la fundamentación de la síntesis pura que une tiempo y noción, como paso central del conocimiento ontológico y, con ello, de la metafísica general. En el centro de esta síntesis y unidad que se originan en la finitud concreta del ser humano en su calidad pura sensible se encuentra el tiempo, un tiempo originario que define al ser y que moviliza la imaginación trascendental. Para Heidegger, la metafísica se fundamenta en el tiempo. La pregunta por el ser, que es la pregunta fundamental de la fundamentación de la metafísica, será el problema fundamental de su obra El ser y el tiempo.

P.d. Barbi, muchas gracias por este libro, ahora comienza la otra aventura del libro, gracias.

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