miércoles, 3 de julio de 2013

La experiencia Goethe-Institut / Klika (II)



Un tema importante que este mes aprendimos en el Goethe-Institut fue la declinación de los adjetivos y el artículo indeterminado en el caso del acusativo (objeto directo), de modo que, por ejemplo, en la frase “Yo tengo un libro azul” se declina del siguiente modo “Ich habe ein blaues Buch”. Aquí observamos que la declinación, en el caso de que el género del objeto directo sea neutro (das Buch) sólo recae en el adjetivo y no en el artículo indeterminado (ein blaues Buch). 

No obstante, en el caso de que el género del objeto directo sea masculino, se declina tanto el artículo indeterminado como el adjetivo, por ejemplo: “Yo leo una interesante disertación” (“Ich lese einen interessanten Vortrag”). En el caso de que el género del objeto directo sea femenino la declinación recae únicamente en el adjetivo: “Escucho una estación de radio” (“Ich höre eine Radiostation)”.  Finalmente, un aspecto sumamente importante del idioma alemán es que carece del artículo indeterminado unos, unas, de modo que si en español digo “Tengo unos libros perdidos”, podría traducirse como “Ich habe aufgeschmissene Bücher”.

Aunado a mis estudios de gramática en el Goethe-Institut, este mes he trabajado simultáneamente la lectura de la obra de G. W. F. Hegel, Grundlinien der Philosophie des Rechts oder Naturrecht und Staatswissenschaft im Grundrisse, editado por Suhrkamp Verlag. El concepto central de esta obra es la voluntad libre, ya que para Hegel, la voluntad no se puede pensar como escindida de la libertad, existe una unidad entre voluntad y libertad, entre el pensamiento y el querer: no se puede tener voluntad sin inteligencia.  Los tres momentos de la voluntad establecidos por Hegel son: α) La voluntad como pura indeterminación (reinen Unbestimmtheit), como el pensamiento puro de sí mismo, como la posibilidad absoluta de abstraer toda determinación, es la libertad del vacío (die Freiheit der Leere) que vuelta hacia la realidad se manifiesta como destrucción, niega la existencia porque al volverse a la realidad tiene que particularizarse, volverse finita; ß) la voluntad como determinación en la forma de un contenido y un objeto, con lo que entra en la existencia. Es este el momento en que la voluntad quiere algo,  manifestándose su finitud o particularización del yo; γ) La voluntad como la unidad de los momentos α y ß: la individualidad (Einzelnheit), entendida en su concepto y no en su mera representación. La particularidad (Besonderheit) se refleja en sí misma y es reconducida a la universalidad. Hegel considera este momento como el verdadero, mientras que los dos anteriores son abstractos y unilaterales. La libertad aparece como la unidad de la indeterminación y la determinación.

Publicado originalmente en Klika.

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