lunes, 30 de abril de 2012

Homo videns, Giovanni Sartori (1997).


Hace unas semanas suspendí temporalmente mi participación en las redes sociales. Por un lado, la razón fue la nostalgia. La nostalgia de aquellos años en que no vivíamos hiperconectados, sin la necesidad de compartir a cada minuto, con un sinnúmero de personas nuestros pensamientos y vida. El experimento me resultó en parte divertido y debo admitir incluso que me he concentré mejor en mis actividades diarias de estudio. Evidentemente, esta explicación resulta arbitraria e incluso egoísta. Por otro lado, considero que me sentí saturado de contenidos y cansado de la lógica de compartir pensamientos y actividades frenéticamente. 

Ante ello, recordé un libro que leí y estudié en una de las clases del estimado maestro Miguel González Madrid en la universidad: Hommo Videns, del pensador italiano Giovanni Sartori. La tesis fundamental de esta obra parte de la centralidad de la televisión en el mundo contemporáneo. Sartori afirma que el tele-ver transforma al homo sapiens en un homo videns. Observa con preocupación el surgimiento del video-niño: un ser humano educado, en primera instancia, en el tele-ver. La tesis central de la obra es que la televisión es también un instrumento antropogenético y a la vez es paideía: instrumento de educación y formación del niño y el joven. La televisión, nos dice Sartori, pondera lo inmediato, lo sensitivo, lo pasional, aunado a que es administrada y programada, en su mayor parte, por personajes incultos. El video-niño será un futuro hombre que no lee, “sordo de por vida a los estímulos de la lectura y el saber transmitidos por la cultura escrita”. El homo videns es un ser social con atrofia cultural, con déficit de capacidad racional y cognoscitiva. Sartori es brutal en la definición del video-niño, su intención es, por una parte, prevenir a los padres de los riesgos de la televisión, aunque no frenar el actual proceso multimedia.