domingo, 23 de junio de 2013

Notas sobre la teoría contractualista de Jean-Jacques Rousseau




Hyppolite (1970: 67) señala que la idea del derecho natural profano se manifestó en el siglo XVIII bajo dos formas principales: primera, como atenuante de la concepción absolutista del poder, al hacer del déspota un servidor del Estado; segunda, conducirlo a tomar conciencia de sus deberes hacia los sujetos, ya sea para fundar el Estado sobre la soberanía popular al reivindicar los derechos de los sujetos. Esta segunda concepción individualista, nos dice Hyppolite, fue la que triunfó en Inglaterra bajo la tradición calvinista y en Francia como referente de la Revolución Francesa. Una cuestión sumamente importante en el análisis de las teorías contractuales es la pregunta en torno al fundamento racional del poder político, al pacto que los hombres, movidos en parte por la razón y en parte por la pasión, constituye el poder político como un esfuerzo por salir de aquel estado de naturaleza, de inseguridad y conflicto en el que no se puede apelar a una autoridad para la solución de conflictos. El Estado aparece como un artificio racional, como una construcción política racional que no obstante se encuentra sometido a las vicisitudes de la historia, a la decadencia y a la destrucción, insertando con ello una reflexión en torno a la historicidad de las formas del poder político. Después de haber reflexionado sobre las teorías contractualistas de Hobbes y Locke, finalmente analizamos en Escritos y narrativas el pensamiento de Rousseau, ante todo su concepción del Estado de naturaleza no entendido como una artificialidad, sino como un estado que ha sido corrompido por la sociedad y la civilización, al tiempo que idealiza al hombre natural, y postula una idea de contrato social que conlleva a un republicanismo de corte conservador, así como a una visión holista y antiliberal de lo social. 

sábado, 15 de junio de 2013

La experiencia Goethe-Institut / Klika (I)





El idioma alemán comporta un gran reto para el estudiante latinoamericano. Sin duda, el aprendizaje de este idioma implica tener entusiasmo, disciplina y constancia. El estudiante que decide aprenderlo enfrenta algunas dificultades: existen particularidades del idioma alemán en términos de gramática y sintaxis con la cual nos encontramos, por ejemplo la declinación, aspectos que implican dedicación y estudio. 


En este sentido, la mejor institución para estudiar alemán en México es el Goethe Institut, ya que cuenta con maestros alemanes, cursos sumamente didácticos, una biblioteca y filmoteca en las que podemos sumergirnos en obras alemanas, con un ambiente bastante amigable y accesible. Un aspecto importante del Goethe Institut Mexiko es que es una institución no solamente dedicada a la enseñanza del Sprache, es decir, del idioma, sino también de la Kultur (cultura). Por ello, podemos encontrar todo el año un gran número de actividades culturales, como exposiciones fotográficas, ciclos cinematográficos y eventos musicales.